¡Hora del cuento! Egilda y la higiene

¡Hora del cuento! Egilda y la higiene

 

La higiene es un aspecto fundamental en nuestras vidas. Hemos creado este divertido cuento que intenta fomentar aprendizajes a través del storytelling, considerando el cuidado personal y familiar.

 

 

La higiene es un aspecto fundamental en nuestras vidas. Hemos creado este divertido cuento que intenta fomentar aprendizajes a través del storytelling, considerando el cuidado personal y familiar.

La Hora del cuento es un nuevo concepto que estamos explorando en PleIQ, son historias/cuentos que transmitan aprendizajes en base a eventos que pueden ocurrir en la vida cotidiana.

Tomando en cuenta la situación global respecto al Covid-19 (Coronavirus), decimos iniciar con una historia que tomase en cuenta la higiene y la familia, ambos temas clave durante esta pandemia.

A continuación, compartimos el cuento escrito, como acompañante a la versión ya narrada:


Egilda y la higiene

A Egilda le gusta bailar, saltar, cantar y principalmente… le gusta comer pastel!

El pastel preferido de Egilda era el pastel de manzana que hacía su mamá.

Un día la mamá de Egilda preparó un delicioso pastel de manzana. El olor del pastel eran tan grandioso que toda persona que pasaba cerca de la casa se sentía atraído por tan apetitoso olor.

Egilda, quien había estado en el patio jugando, saltando y contando con animales, percibió el olor y corrió hasta la cocina para tomar un bocado de aquel delicioso pastel.

Justo antes de tomar él bocado su mamá exclamó mientras cocinaba:

–“¡Un momento Egilda! debes avisarle a tus tíos y a tu abuela que el pastel está listo, y recuerda lavarte bien las manos antes de comer.”

Egilda tenía mucha hambre y se molestó porque no le dejaron comer, pero luego asintió y fue a llamar a sus familiares:

–“¡Vengan! ¡Vengan! El pastel está listo!” Decía con mucha ansia y excitación.

Luego de avisar a su familiares, Egilda se dirigió de nuevo a la cocina, y mientras su mamá preparaba otra comida, tomó sigilosamente un trozo de pastel con sus manos sin que su mamá lo notara.

De regreso al patio, Egilda se encontró con su querida abuela, a quien le dijo:

–“Hola querida abuelita, ¿quieres un trozo de pastel de manzana? ¡está muy rico!” y compartió un trozo de pastel con su abuela.

–“Gracias, mi niña querida!”, respondió la abuela.

Al día siguiente...

Egilda se despertó sintiéndose mal, le dolía el cuerpo y la garganta. Su abuela, quien también había despertado sintiéndose mal, se encontraba en su cama con fiebre y tos seca. Todos en la familia estaban muy preocupados por ellas.

La mamá de Egilda decidió llamar a un médico, quien llegó muchas horas después.

Al llegar, el médico examinó a la abuela y a la niña con mucho detenimiento.

–“Oh, la abuela y la niña están enfermas, y quizá con la misma enfermedad”. La mamá de Egilda se sintió muy angustiada.

–“Egilda, ¿has comido algo que haya caído al suelo?” Preguntó el doctor, y Egilda le respondió:

–“No doctor, solo he jugado en el suelo con los animales, en el patio, y luego comí pastel de manzana que hizo mamá y le dí un trozo a la abuela”.

La mamá –con preocupación– le preguntó:

–“Egilda, ¿te lavaste las manos antes de comer el pastel?”.

Egilda recordó que había olvidado lavarse las manos, y se lamentó:

–“No mamá... lo siento, olvidé hacerlo”.

–“Oh, ¡eso es el problema!” Exclamó el doctor, y continuó: “Existen muchos microbios, bacterias o virus que se mantienen vivos el suelo, en animales o en las superficies por varios días. Es importante lavarse las manos y mantener la higiene de nuestro cuerpo luego de estar en contacto con estos, para evitar el contagio de enfermedades”.

El médico luego sugirió varias medicinas para tratar la enfermedad de Egilda y su abuela.

Egilda se recuperó al día siguiente, pero su abuela siguió enferma y en cama por mucho tiempo.

Egilda se sintió muy responsable por lo ocurrido con su abuela; aprendió qué lavarse las manos y mantener la higiene son importantes para evitar el contagio de enfermedades. Y ahora, luego de jugar y antes de comer, Egilda siempre se lava las manos, y le recomienda lo mismo a sus amigos.

Cada día mientras su abuela estaba enferma, Egilda ayudaba a su mamá a llevarle las medicinas, para que se recuperara más rápido, siempre lavándose las manos y manteniendo la higiene.

Fin